Tuesday 7 October 2008

Evocar el misterio y pintar para ser reproducido


Magritte pintaba para ser reproducido. Una reproducción de un cuadro valía por su original. No es necesario ver el manuscrito de un autor para revelar su obra. El propósito de Magritte estaba en otro lado.

Sus imágenes estaban hechas para producir la sorpresa, un impacto visual, y así, liberar el pensamiento. La obra de Magritte, dice Everaert-Desmedt, se justifica a un estudio semiótico. Magritte es un pensador por medio de imágenes. Reflexiona en imágenes, en preguntas de orden semiótico, como aquellas de la semejanza y la similitud, de lo visible oculto, de la presentación, de la relación entre las palabras, las imágenes y las cosas. La obra de Magritte es en sí misma una semiótica, es decir, una reflexión sobre el funcionamiento de la significación. Magritte protestaba contra toda interpretación simbólica de sus cuadros. Sus obras, decía el pintor, no pretendían ser más que la "evocación del misterio".

3 comments:

*** Daniel Cortés... said...

Hola...

Hoy me quedé con muchos comentarios... pero no se me hizo pertinentes hacerlos en clase, porque podríamos caer en un debate fatuo, como el de los comerciales y anuncios publicitarios, así que te los expreso.

Uno. Creo, definitivamente que, hacer una descripción tan sosa de un anuncio publicitario sin "sobreinterpretarlo" es difícil, ya que tendemos a contextualizar todo, vivimos en la terceridad, por eso es que no quise hace muchos comentarios, porque me extralimito.
Si MAgritte pensaba en imagenes, yo pienso en texto jajaja

Dos. Yo creo que ninguna publicidad es mala, al contrario yo creo que tal vez una de las cualidades de esa "mala" publicidad sea ser mala. Otra cosa, en caso de hablar, bien o mal, de algo es publicitarlo, sin ponerle etiquetas de bueno o malo.

Ya ves, sólo era un comentario y ya me pasé de lanza...
Un saludo y un abrazo Iván.
Por cierto, pasa a ver mi blog, que creo, yo, está interesante. (ves publicidad jaja)

Ángel Suárez said...

Me parecen interesantes los comentarios de Daniel. Yo creo que sería mejor calificar una publicidad en términos de "efectiva" y "no efectiva": considerar si surtió el efecto deseado o si no.

Sobre el anuncio de la aerolínea, creo que el hecho de que el cartel dijera "Aruba" automáticamente te está hablando de expansión de destinos: uno como receptor de la publicidad no piensa "Oh, mira: ya hay vuelos a Aruba", sino que entiende que la aerolínea ha ampliado su lista de destinos, entre ellos, Aruba. De alguna manera uno se imagina hasta una serie de anuncios similares con destinos diferentes.

Bueno, nos vemos en clase, saludos.

Ivan Islas said...

Efectivamente, se podría hablar de una publicidad efectiva o no con respecto a su objetivo de mercado, es decir, a su audiencia, como lo apunta Ángel. Obviamente, decir buena o mala, va en esa dirección, de ninguna manera desde una visión maniquea. Me entusiasma que se haya generado, por decirlo así, la discusión acerca de la publicidad, y más exactamente acerca de lo que sígnicamente nos proponen los anuncios gráficos publicitarios. En cuanto a la cuestión de la "sobreinterpretación", quisiera afirmar que, efectivamente, es inevitable, pues como seres sociales tenemos pre-juicios (desde el punto de vista positivo) que nos condicionan en esa mirada que llevamos a cabo acerca de las cosas que nos rodean. Sin embargo, contextualizando el asunto, el ejercicio en clase era llevar a cabo una descripción de lo que se veía, de lo que el signo mostraba, y su intepretación a partir de los conceptos de Peirce. En efecto, puede cada una de esas imágenes llevar a una desenfrenada interpretación, pero lo que quise decir es que el propio límite lo da el signo o representamen.